La Sierra de la Macarena, Parque Nacional Natural con más de 605.793 hectáreas de bosque y con una extraordinaria riqueza en flora y fauna, es uno de los territorios del país, junto con su zona de afluencia, donde se han presentado grandes problemáticas asociadas a la pérdida de coberturas naturales. Lo anterior, debido a conflictos socioambientales que han generado la fragmentación de más de 54.600 hectáreas de ecosistemas estratégicos, con afectaciones a las familias que habitan el territorio.

En este contexto, el proyecto “Restauración y Conservación de los Ecosistemas Transformados del Parque Nacional Natural Sierra de la Macarena”, financiado por el Fondo Colombia Sostenible con recursos de los gobiernos de Noruega, Suecia y Suiza, bajo la administración fiduciaria del BID y la ejecución de WWF, priorizó la firma de acuerdos comunitarios con familias campesinas, como estrategia para la gestión de conflictos de uso del área protegida, mediante procesos de restauración participativa y sistemas sostenibles de conservación.

Los acuerdos comunitarios tienen como pilares la conservación de la biodiversidad, la promoción de alternativas productivas desde la conservación y el mejoramiento del buen vivir. Para ello, fue necesario realizar el diagnóstico y análisis ambiental y socioeconómico del territorio, identificar la viabilidad de productos naturales no maderables del bosque, y desarrollar múltiples espacios para la planificación predial y la concertación de acuerdos con cada familia participante, que además de contribuir a la conservación del territorio, mejoraran su calidad de vida en respuesta a sus intereses, condiciones y realidades locales.

De esta manera, durante la implementación del proyecto se consolidaron 52 Acuerdos de Restauración Ecológica Participativa y Sistemas Sostenibles para la Conservación, suscritos entre Parques Nacionales Naturales, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (CORMACARENA) y 52 familias campesinas de las veredas Buenavista y Guadualito del municipio de Vista Hermosa y Los Alpes, Bajo Curía y Bocas del Sanza del municipio de San Juan de Arama, en el departamento del Meta.

Estos acuerdos comprenden un total de 66 fincas ubicadas en el PNN y en el Distrito de Manejo Integrado Macarena Norte, con cerca de 1.520,85 hectáreas, de las cuales se destinaron conforme a la zonificación de las áreas de intervención, 687,50 hectáreas para la conservación y la preservación de los bosques, 281,22 hectáreas para la restauración pasiva o activa y la rehabilitación ecológica, 369,77 hectáreas para la recuperación y el manejo sostenible de los sistemas productivos y 182,36 hectáreas para el aprovechamiento y uso sostenible.

Respecto a la firma de los acuerdos, Juan Francisco García Romero coordinador del proyecto de WWF Colombia nos dice que: “La firma del acuerdo, no es el fin, es un medio que permite resolver algunas tensiones que se han dado históricamente en el territorio. Hay que recordar que en el Parque Sierra de la Macarena y a su alrededor habitan familias que llegaron allí mucho antes de la declaratoria de este territorio como área protegida (bajo la figura de Parque Nacional Natural). Ahora, con los acuerdos, las autoridades ambientales pueden tener un fundamento jurídico que permite que las comunidades puedan seguir allí y realizar algunas actividades relacionadas con las áreas protegidas y su función de conservación”.

El proceso de implementación de los acuerdos se realizó de manera participativa con las comunidades locales, con más de 150 acciones para la restauración, rehabilitación y buen vivir, y la siembra de cerca de 33.000 individuos forestales, de la siguiente manera:

1. Conservación y restauración de la biodiversidad:

- Aislamiento de bosques y/o fuentes hídricas: establecimiento de cercos para el control de tensionantes (ganadería) que aportan a procesos de conservación o restauración de estas áreas.
- Manejo de cañeros y/o cultivos: enriquecimiento con especies vegetales doble propósito en zonas de cañero o cultivos existentes.

2. Promoción de alternativas productivas desde la conservación:

- Parcelas de rehabilitación ecológica: manejo de especies multipropósito que aportan beneficios a la restauración y a la economía de las comunidades locales mediante el aprovechamiento sostenible de productos naturales no maderables del bosque.
- Meliponicultura: sistemas de conservación, manejo y producción con abejas nativas sin aguijón que aportan ingresos complementarios a las familias y mejoran la polinización de los ecosistemas.
- Manejo de sistemas ganaderos tradicionales​: acciones que disminuyen los impactos ambientales de la ganadería, como la división de potreros con manejo de especies forestales, enriquecimiento de pastizales e instalación de sistemas de agua para el ganado.
- Manejo orgánico de cultivos: producción de abonos orgánicos para el manejo ecológico de los sistemas de producción actuales.

3. Mejoramiento del buen vivir: se implementaron estufas ecoeficientes, bancos dendroenergéticos, baños ecológicos, huertas caseras y seguridad alimentaria, cosechas de agua, mejoramiento de toma del agua, generación de energía limpia, entre otros.

De manera complementaria, se trazó la ruta para el fortalecimiento de las cadenas de valor de los productos naturales no maderables del bosque, que contribuyan con la generación de ingresos para las familias campesinas participantes en el proyecto. Para este fin, se formularon los planes de manejo de los productos naturales no maderables cacay y mieles nativas, y se realizaron los estudios de caracterización y diagnóstico de sus cadenas de valor y planes de negocio.

Alejandra Sánchez, Especialista Ambiental de la Unidad Técnica de Coordinación del Fondo Colombia Sostenible, afirma que “la gobernanza para la conservación de los territorios parte de procesos planificados, participativos y consensuados entre las comunidades, las instituciones, las organizaciones y otros actores con presencia en ellos, en donde se reconozcan las realidades ambientales y socioeconómicas, los roles y responsabilidades, y las oportunidades que giran en torno a las acciones de restauración y uso sostenible de la biodiversidad. Con la implementación de acuerdos comunitarios, el empoderamiento de las comunidades locales y los insumos para el desarrollo de cadenas de valor sostenibles, este proyecto contribuye con herramientas específicas para fortalecer la gobernanza de esta área protegida en armonía con los fines del Fondo Colombia Sostenible”.

De esta manera, la firma de los acuerdos es un reconocimiento por parte de las autoridades ambientales a los campesinos que allí viven y han sido aliados fundamentales en la conservación del territorio. Además, es una apuesta para continuar cuidando la zona por medio de actividades sostenibles que a su vez, dignifiquen la vida de las familias y que, como dice El Paisa, Campesino de la vereda Buenavista (Vista Hermosa), “la madre naturaleza es aquel árbol que nos da el aire para respirar, nos da la vida, nosotros somos sus administradores y si no lo sabemos hacer vamos a perder”.

Sobre el Fondo Colombia Sostenible

Es un fondo multidonante con recursos de los gobiernos de Noruega, Suecia y Suiza, administrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que tiene como propósito mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales en zonas afectadas por la violencia, así como aumentar la resiliencia y la sostenibilidad de sus territorios por medio de la conservación de los recursos naturales y la adopción de modos de vida bajos en carbono.

Financia proyectos que propenden reducir la deforestación y maximizar los dividendos ambientales, económicos y sociales de la paz, a través de la construcción y fortalecimiento de una economía inclusiva y armónica con la conservación de la biodiversidad en Colombia, así como el fortalecimiento de las instituciones nacionales y locales para estos fines.

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